El póquer es el juego de cartas más famoso del mundo, que combina el cálculo a sangre fría, un enfoque psicológico y la suerte básica. Debido a su popularidad, se inventan continuamente diferentes variaciones. Mantienen el sentido general, pero añaden nuevas reglas, esquemas de conteo, etc.
Una parte de las novedades se añade con éxito al «menú» del casino o complementa la lista de juegos en las salas de póquer. Otra parte se olvida con seguridad y se elimina de la lista con el tiempo debido a la falta de demanda de los jugadores de póquer. Algunos de ellos se olvidan o cambian por el camino y se crea un nuevo tipo de póquer.
La popularidad de un determinado tipo de póquer puede determinarse mediante un método sencillo. No hay más que ver el calendario del evento de póquer más importante del mundo, las World Series of Poker (WSOP). Las disciplinas con el mayor número posible de torneos son las más populares.
Hay una serie de tipos de póker más comunes que han conseguido arraigar en la cultura del póker actual. Hay poca diferencia en las reglas, así como en el principio del juego. Las diferencias mínimas permiten disfrutar de tipos esencialmente diferentes. Los tres primeros.
El Texas Hold’em puede jugarse con dinero real o con fichas de casino. El juego está disponible en salas de póquer reales, redes sociales y aplicaciones móviles. Las reglas son bastante sencillas y similares a las del póker tradicional. Hay requisitos de apuestas obligatorias de dos jugadores a la izquierda del repartidor.
Se reparten dos cartas a cada jugador, tras lo cual comienza la primera ronda de apuestas. Cada jugador implicado decide una parte de la llamada, el pase y la subida. A continuación, el crupier revela otras tres cartas comunitarias y tiene lugar una nueva ronda de apuestas. Después de 4 rondas se hace una ronda y al final se abren los jugadores y se decide el ganador.
El segundo en popularidad es el Omaha, que tampoco es raro en los torneos de póquer. Su atractivo radica en su imprevisibilidad y su acción constante. No sólo es interesante participar en el proceso, sino también observar.
Las reglas de negociación son idénticas a las del Hold’em. La única diferencia es el proceso de armado de la mano. Así que el repartidor repartió 4 cartas (algunos incluso 5). Sólo 2 desempeñan un papel en el proceso de recogida. Cada ronda puede cambiar la posición del jugador, lo que lo hace tan difícil.
Esta variante de póquer es considerablemente diferente de las anteriores. No hay rondas de apuestas tradicionales: el flop, el turn o el river. Además, hay variaciones del propio Stud con 5 y 7 cartas. La segunda es la más popular e incluye una serie de reglas de 5 cartas.
Todos los participantes se comprometen a apostar. Todos reciben entonces 2 cartas cerradas y 1 abierta. El concursante que obtiene el valor más bajo del abridor hace un puente. Tiene que apostar el 50% de la apuesta mínima o el importe total de la apuesta obligatoria. Si los valores son iguales, el palo de las cartas entra en vigor.
Una vez terminada la ronda de apuestas, se reparte otra carta abierta. El jugador que tiene la mano abierta más fuerte se reparte primero. A continuación, se reparte otra carta abierta y las apuestas comienzan de nuevo. La última carta se reparte como una carta abierta. Cuando se completa la ronda de pujas, hay un enfrentamiento.